Corrientes, miercoles 24 de abril de 2024

Opinión Corrientes

Carta Abierta al Dr. Costa, por Nora Rosana Maciel

07-09-2020
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Foto ilustrativa

A propósito de la Educación Sexual Integral y el abuso en la niñez.

Escribo esta carta con la esperanza de que sea tan ampliamente difundida como la entrevista radial, que brindó Ud., respecto de la niña que espera una cesárea de un embarazo producto de una violación intrafamiliar.

Soy abogada, litigo desde mi función como Defensora Pública Civil, soy madre, integro la REDNAJ red por los derechos de niños, adolescentes y juventudes y también investigadora de la Facultad de Derecho en Niñez Vulnerable. Desde que se instauró el debate por el aborto legal seguro y gratuito, y antes de ello, desde que las mujeres salieron a la calle a reclamar la vigencia de derechos que están contemplados, algunos de ellos, desde 1921 y otros en los tratados internacionales, aún no legalizados en el país, me sumé a ese movimiento para bregar. desde mi lugar. para que las mujeres pobres no mueran en abortos clandestinos, que no sean criminalizadas por ejercer derechos, que las niñas abusadas puedan acceder con información y calidad en salud a una interrupción del embarazo y luego de ello recuperar parte de su niñez y para el futuro la posibilidad de elegir en su vida de relación.

En esta trayectoria profesional y social he podido conocer que en las escuelas religiosas que son públicas de administración privada, no se enseña ESI, sino que se denomina “Educación para el amor”, se desconoce e ignora lo previsto en leyes nacionales vigentes respecto de la obligación de brindar una educación sexual integral desde los primeros años del ciclo escolar, incluso desde el jardín de infantes. No ocurre algo muy diferente en las escuelas públicas laicas donde la educación sexual es recortada, deficitaria y negadora por ejemplo de la identidad de género entre otras cuestiones.

Sorprende que Ud., atribuya el hecho de la violación intrafamiliar como una cuestión educativa que hace recaer en la niña de 10 años la responsabilidad de advertir que la invasión a su cuerpo y su integridad es algo que debe denunciar. Sus conceptos denotan falta de perspectiva de género, lo que también se aprecia en otros funcionarios del Estado quienes, como Ud., asumen que una niña de 10 o incluso más pequeña pueda resistir un abuso intrafamiliar, ignorando que la superioridad del hombre sobre la mujer establecida como orden social para todos los aspectos de la vida, genera terribles desigualdades e innumerables situaciones de violencia, lo que es mayor cuando se trata de un adulto respecto de una niña con la que convive. Además, es importante que Ud. sepa y también la opinión pública que, cuando se trata de una niña menor de 13 años, se considera siempre violación y siendo el autor adulto conocido ya no se requiere investigación.

Siendo Ud. un profesional que atiende mujeres, resulta sumamente grave que reivindique y nos atribuya un rol materno -por el solo hecho de cursar un embarazo forzado en el caso de la niña en cuestión-, un rol que no es natural y que ignora todo lo que las ciencias dicen al respecto y también lo dice la realidad social, cultural y biológica.

Me permito señalarle que, sumado a la educación que Ud. destaca como necesaria, también deben acompañarse políticas que garanticen vivienda, salubridad ambiental, acceso a la tecnología e información porque la educación es solo un aspecto de los derechos económicos, sociales y culturales que todos los seres humanos deben gozar.

Los profesionales de esta Provincia deberíamos asegurarnos que al menos los derechos que están vigentes se cumplan, que las políticas de salud pública como la Educación Sexual Integral, Interrupción Legal del Embarazo y salud reproductiva sea una realidad sin menoscabos, sin retaceos y garantizando que la perspectiva de género guie los conocimientos para las futuras generaciones, sobre todo que las niñeces crezcan sin prejuicios y con respeto a su integridad e identidad corporal.