Hoy 15 de agosto de 2020, se conmemoran los cincuenta años del fallecimiento del arquitecto Mario J. Buschiazzo y es menester nuestro rendir homenaje a una figura clave en el desarrollo de la Comisión Nacional de Monumentos Históricos y profundamente comprometida con la valoración y preservación del patrimonio histórico-cultural argentino y americano.
Nacido en Buenos Aires el 10 de diciembre de 1902 se graduó de arquitecto en 1927 en la Universidad de Buenos Aires y desde los inicios su carrera reveló un particular interés por la historia y la cultura, ejerciendo la docencia primero en el Colegio Nacional Almirante Guillermo Brown de Adrogué y continuando en diversas instituciones abordando temáticas tan amplias como matemáticas, dibujo, historia de la civilización e historia del arte.
A partir de 1928 comenzó a ejercer su profesión de arquitecto proyectando y dirigiendo obras en el ámbito privado como así también público desde su incorporación al Ministerio de Obras Públicas de la Provincia de Buenos Aires y posteriormente a la Dirección General de Obras Públicas de la Nación. Pero su interés por el patrimonio arquitectónico nunca menguó y fue la razón por la que en 1935 retomó la docencia universitaria, ganando por concurso años más tarde la titularidad de la cátedra de Historia de la Arquitectura en la Universidad de Buenos Aires.
MOP, Dirección General de Arquitectura. Antiguo Cabildo de Buenos Aires. Obras de restauración fachada principal. Febrero 1940. Proyectado por Mario Buschiazzo.
En 1938 el Gobierno Nacional le encomendó la creación del primer catálogo de bienes históricos nacionales, publicado por la flamante Comisión Nacional de Museos y Lugares Históricos, organismo al que luego Buschiazzo fue incorporado en carácter de Arquitecto Adscripto por iniciativa de su primer presidente, el Dr. Ricardo Levene. Participó activamente en la redacción de informes y artículos en nuestro Boletín sobre monumentos y edificios históricos, obras de restauración y en materia de legislación internacional. Fue en este período y en el marco de un proceso de revalorización del patrimonio histórico nacional que al arquitecto le fueron encomendadas sus quizás dos obras más emblemáticas: La restauración y reconstrucción de los edificios del Cabildo en la Ciudad de Buenos Aires y la Casa Histórica de la Independencia en San Miguel de Tucumán.
Casa Histórica, Tucumán, 1943
Casa Histórica, Tucumán
No obstante su labor también se extendió a otros diecisiete bienes distinguiéndose entre ellos la Misión Jesuítica de San Ignacio en Misiones, la casa natal de Sarmiento en San Juan, la capilla de Purmamarca en Jujuy y el Cabildo de Salta.
Cabildo de Salta, 1943
Cabe destacar también su importante trabajo de investigación académica donde el rigor documental se refleja en diversas y numerosas publicaciones como
La restauración del Cabildo de Buenos Aires- conservación y restauración de monumentos en América (1940),
Estudios de arquitectura colonial en Hispanoamérica (1944),
La Catedral de Córdoba (1941),
La Catedral de Buenos Aires (1943),
La Iglesia del Pilar (1945),
La Iglesia de la Compañía de Córdoba (1942),
La Estancia Jesuítica de Jesús María (1949),
El Art Nouveau en Buenos Aires (1965).
En 1946 fundó el Instituto de Arte Americano e Investigaciones Estéticas como un centro de investigación y divulgación dentro del ámbito de la Universidad de Buenos Aires que hoy lleva honrosamente su nombre.
La muerte lo halló en su casa de Adrogué donde falleció a la edad de sesenta y siete años el 15 de agosto de 1970.
