Corrientes, miercoles 24 de abril de 2024

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#QUEDATEENCASA: esas historias vividas...

08-08-2020
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La escritora chaqueña Noelia Barchuk comparte uno de sus cuentos “Soledad, otra vez”. Leamos y escuchemos a Noelia



Para contactar a la autora, pueden llamarla a los siguientes teléfonos: Fijo 3624-761121 / Móvil 3624-310391 (Resistencia, Chaco). También pueden escribirle al correo electrónico: alfana79@hotmail.com o por mensaje privado a su perfil de Facebook: Noelia Barchuk.

SOLEDAD, OTRA VEZ
     Trizia se ganaba la vida en un bar de mala muerte. Aún le calzaban los mismos vestidos que usaba a los dieciséis años, un tanto más ajustados en las caderas y dejando notar una incipiente celulitis. Limpiaba el local, se encargaba de la cocina con lo poco que se ofrecía para comer, atendía al público, sean estos clientes, proveedores o inspectores; éstos muy raramente aparecían. Pero no tocaba la caja. Fernández era el único que, muñido de la llavecita bendita, abría y cerraba el cofre de la felicidad.

       Los días y las noches eran siempre las mismas. Las tardes quizás, dentro de la rutina, repuntaban con el amor de las telenovelas. Una o dos horas de lunes a viernes, para deleitarse con las ficciones mexicanas o colombianas: melodramas rosas, donde siempre, y pese a infinitas peripecias, la muchachita pobre termina convirtiéndose en la gran dama rica, con galán y medio a su lado… ¡Qué sola se sentía los fines de semana!

Suspirar… alguna vez Soledad Castuña había sido una de esas muchachitas lindas e ingenua de las novelas. Seguía siendo pobre, y con un hombre que no la trataba galantemente. Se llamaba Soledad, antes de Trizia, nombre que su patrón-marido le dio rebautizándola.
Al compás que a él le crecía la barriga, los celos a la par, por igual razón alcohólica. En resumidas cuentas, Fernández comenzó a propinar a su empleada-mujer, esporádicas palizas, con ataque de arrepentimiento final. Luego pasaron a ser frecuentes y sin sombra de posterior vergüenza.

Trizia juntó coraje, y hasta tres veces, llegó como sus fuerzas la acompañaron hasta la comisaría del pueblo a formalizar ante la ley su clavario. Los policías le tomaban la declaración, simulaban oírla atentos y preocupados se ofrecían de mediadores; también la espiaban cuando el médico la revisaba. De ahí no pasaba la cosa.

Fernández se apalabraba a los milicos fácilmente tras servir una ginebra tras otra. Todo quedaba entre hombres, la culpa de los cintarazos siempre sería de ella; esa guaina loca que atraía las miradas ajenas. Ella pensó en huir, pero tras un intento fallido, fue amenazada la suerte de su familia. Fernández juró que, hasta Chicho, el perro, pagaría con creces, si se iba.

Quiso hablar con el cura, pero sintió pudor y un poco de culpa, por estar viviendo en pecado con ese hombre, que alguna vez fue bueno y la enamoró. Tal vez se lo tenía merecido, llegaba a su mente, ese común denominador de la víctima. Pero una noche, se escucharon sus ruegos. Misteriosamente, el patrón-marido no volvió a casa. No volvió nunca jamás. En su reemplazo, llegó Manuel, aseverando ser el nuevo dueño del “Azul”. Lo era, de algún modo, obtuvo las escrituras y la documentación pertinente al comercio.

El nuevo patrón venía con un crío pequeño, por eso pidió a Trizia que por favor se quedara; pero nunca osó traspasar la barrera de su alcoba. Es más, entre las modificaciones realizadas, fijó el descanso semanal para ella, además de techo y comida, convino en un modesto salario. Lo mejor para Trizia fue cuando le encargó confeccionar cortinas y manteles nuevos. Se trataban con respeto y el niño era un ángel.

Así el tiempo fue curando las heridas del cuerpo de aquella mujer, sin embargo, las del alma, seguían en carne viva. Cierta tarde, el viento había alborotado los cabellos de Trizia, mientras concienzudamente intentaba barrer la vereda. Manuel salió a su encuentro y en un rapto de locura, quiso acomodar una flor en la despeinada cabeza.

Ella no vio la flor. Ante el amague de un brazo de hombre sobre su sien, el miedo se hizo presente y la desesperación de protegerse la hizo dar escobazos por la espalda a Manuel. Él por fin se atrevió a abrazarla. Alzó el jazmín pisoteado del suelo y se lo guardó entre las manos.
La misma flor eligió un año después para el ramo de novia. Dejó bien dobladita la tristeza con el nombre Trizia. Volvió a sentirse Soledad, pero nunca más sola ni mal acompañada.

ACERCA DE NOELIA
Escribe poemas y cuentos desde los nueve años. Abelardo Castillo, Jorge Luis Borges, Manuel Puig, Ángeles Mastretta, Rosa Montero, Julia Prilutzky Farny, Mario Benedetti, son sus autores preferidos.
Conlleva la vocación literaria junto a otra vocación paralela: las ciencias económicas. Es estudiante de la carrera de Contador Público de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional del Nordeste.

Es colaboradora permanente y correctora general de la revista literaria “Realidades y Ficciones” (Ciudad de Buenos Aires). Tuvo participación como coconductora del programa radial “Con buena letra”. Actualmente coordina el taller literario “L@piz en mano”.

Pertenece a la actual Comisión Directiva de la Sociedad Argentina De Escritores, Filial Chaco. Es autora del libro “Chaco: relatos del hoy por hoy”, junto a M. Vidaurre, mayo 2014, Editorial ConTexto y recientemente publicó el poemario “FLORES DE PAPEL”, Ediciones Kram, 2019. Posee una novela corta y un libro de cuentos infantiles, inéditos. Participa de varias antologías literarias: “Antología Premio Provincial de literatura Alfredo Veiravé 2004”; “Confieso que escribo”, diciembre 2012, Editorial Cospel, del Taller literario Libres bajo palabra; “Homenaje a Malvinas: mandato y vigilia”, 2014, Ediciones Kram; “El Chaco vive a través de sus letras”, 2015, Editorial Contexto, “Antologías literarias anuales de SADE Filial Chaco, años 2014 y 2015”, Editorial ConTexto; “Güemes al frente”, diciembre 2016, Editorial ConTexto; “Lecturas colectivas”, septiembre 2018, Editorial ConTexto; “Antología de los 100 autores. SADE Filial Chaco”, diciembre 2018, Editorial ConTexto.

Algunas de sus obras han sido distinguidas en concursos literarios, como ser el poema “Descorazonado” (Mención de Honor, Concurso Provincial Literario Alfredo Veiravé”, 2004); “Artesanía en letras” (Segundo Premio, concurso 50 años de Ferias de artesanías aborígenes, Quitilipi, 2018). Sus cuentos “Cara Cortada y Cía.” y “Primer tango en China” obtuvieron el Primer lugar en el concurso literario organizado por el Círculo de Amigos del Tango de Villa Ángela (2012 y 2015 respectivamente), en tanto que “Un bacán en apuros” y “Perdoname si querés” obtuvieron en Segundo y Tercer Lugar en el mencionado concurso, en los años 2013 y 2016. Su relato “Muchas, pocas, todas”, obtuvo el segundo premio en el concurso organizado por la Biblioteca Constancio C. Vigil de Las Breñas, 2013 y “El fantasma de la bicicleta” Mención Especial en 2018. El cuento “Gran Hermano” ha sido distinguido con la Primera Mención en el Primer concurso de la Legislatura chaqueña en 2016. En tanto que las micro ficciones “Pensamientos de la Loba Romana”, fue finalista del concurso por los 140 años de la ciudad de Resistencia, organizado por el área de Cultura de la Municipalidad de Resistencia, 2018 y “Me puse los zapatos” obtuvo el Tercer Premio en el concurso “Chaco te doy mi palabra”, 2018. El cuento “Vida nueva” obtuvo el Primer Premio en el concurso “Rompiendo muros” sobre salud mental y resiliencia de la organización “Ánimos”, 2018. Es finalista del “Concurso literario Cuento Corto” organizado por la asociación civil y cultural APAIB.