Corrientes, jueves 25 de abril de 2024

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HISTOLOGÍA

Especialista de la UNNE explica por qué niños y adolescentes no integran la “mayoría” de la población de riesgo del Covid-19

21-07-2020
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La pandemia de Coronavirus “SARS-CoV-2/ COVID-19”, avanza, sin embargo, los niños y adolescentes en pubertad no son afectados en forma grave ni presentan altas tasas de mortalidad. “Desde la Histología Básica, podemos responder que ello ocurre por la presencia, en este grupo etario, del Timo y de la Médula Ósea”, sostiene la profesora Bertha Valdovinos Zaputovich, especialista en Histología, la disciplina que estudia la estructura microscópica de las células, tejidos y órganos.

El virus del SARS-CoV-2 o COVID-19, tras ser descubierto a fines de 2019 en China, tuvo un avance sostenido hasta alcanzar un impacto mundial, en casi la totalidad de los países.

El COVID-19 ya provocó más de 13,6 millones de contagios y casi 590 mil fallecimientos en diferentes continentes, comprendiendo a “países desarrollados, del tercer mundo, etc.” igualando a todos. El dato llamativo lo constituyen las pocas muertes de niños y/o adolescentes (menores de 14 años), si bien pueden observarse en ellos una infección activa del virus COVID-19 no presentando ningún signo ni síntoma.

Pero, ¿por qué los niños y adolescentes en pubertad no están afectados en forma grave ni presentan alta tasa de mortalidad en Covid-19, siendo una población vulnerable para muchas otras patologías?

Valdovinos Zaputovich en la UNNE es docente de “Anatomía y Fisiología Patológicas” de la Facultad Medicina y de “Histología y Embriología” de la Facultad de Odontología, y además es jefe de Servicios de Anatomía Patológica y Citología del Hospital Pediátrico “Juan Pablo II” de Corrientes.

Según explica, en el Timo y la Médula Ósea ocurren los primeros pasos de la diferenciación de los linfocitos T (Timo) y los linfocitos B (Médula Ósea).

Los linfocitos B, de la Médula Ósea, se diferencian en plasmocitos que producen anticuerpos (inmunidad humoral específica). En tanto, los linfocitos T, del Timo, se diferencian en: linfocitos T citotóxicos CD8 (+) que reconocen y destruyen a las células infectadas por virus entre otros agentes patógenos y las células tumorales, o en linfocitos T reguladores CD4 (+) que influencian sobre otras células del sistema inmunitario. Son los efectores de la inmunidad celular específica.

Además, una de las características del sistema inmunitario o sistema linfático adquirido es su memoria en la forma (específica) circulante que se activan al contacto con su molécula y se multiplican con rapidez.

Así, el Timo involuciona aproximadamente a partir de los 14 años y la Médula Ósea experimenta un envejecimiento normal en el ser humano relacionado a la edad.

“Estoy hablando del porqué no son afectados de gravedad los niños y adolescentes, y no de las características del agente patógeno o de las consecuencias nefastas que todos conocemos que ocurren en adultos jóvenes; así como de la alta tasa de morbilidad-mortalidad en adultos mayores y de la tercera edad”, sostiene la profesora Valdovinos Zaputovich, en un trabajo publicado en la Revista de la Facultad de Medicina de la UNNE.

Las respuestas, reitera, se vuelve a vislumbrar desde la Hispatología Básica. Entre ellas se destacan que el TIMO, ese órgano dinámico, es un “pequeño y gran desconocido, involuciona a partir de más o menos, los 14 años, siendo reemplazado casi en su totalidad por tejido graso en el adulto”, detalló.

En tanto, “la Médula Ósea experimenta un envejecimiento normal en el ser humano relacionado a la edad, con disminución del parénquima productor de la serie blanca, como de la roja y el aumento progresivo del tejido graso, diríamos casi “like-hipoplásica”, impidiendo de esta manera, una respuesta rápida de un agotado sistema inmune primario fisiológico” explicó.

Esta falta de respuesta del sistema inmune es el primer agravante en un contexto de base del paciente generalmente con patologías preexistentes como HTA o DTB tipo II, permitiendo un accionar libre del agente agresor COVID-19, con alteraciones de la homeostasis y las lógicas consecuencias clínico-patológicas como en el pulmón SDRA (Síndrome de Dificultad Respiratoria Aguda), o falla multiorgánica y finalmente el óbito, tras dolorosa agonía.

Ahora bien, ¿qué causa en un porcentaje de niños y también adolescentes una mala evolución, con un cuadro complejo y también casos irreversibles llegando al óbito? Se pregunta la profesional de la UNNE.

Al respecto, explica que un estudio del Imperial College de Londres (UK) a cargo de Elizabeth Whittaker, autor principal, destaca que el síndrome de Kawasaki relacionado con COVID-19/ SARS-CoV-2 en niños es en realidad una nueva enfermedad representada por un síndrome inflamatorio al cual han denominado Síndrome Multisistémico Inflamatorio Pediátrico Temporalmente Asociado con el SARS-CoV-2 (PIMS-TS/MISC), extremadamente raro, pero que puede hacer que un niño/adolescente se enfermen en forma grave o irreversible.

Por ello, es importante caracterizar a la enfermedad adecuadamente con el fin de proporcionar un seguimiento cercano y el mejor tratamiento, que generalmente consiste en diferentes tipos de terapias que se dirigen “al Sistema Inmunitario (¿hiperactividad del sistema?) y reducir la inflamación” de los órganos o sistemas afectados.

“Rescatemos esta postura, que nada es de descartar, nada está totalmente conocido, y que desde la Histopatología Básica como desde la Fisiopatología, muchas de las respuestas aún pueden ser dadas” remarcó la Dra. Bertha Valdovinos Zaputovich.

Señaló que, en contacto con colegas investigadores expertos de Estados Unidos y Europa, en referencia al tema, coincidieron en la importancia de profundizar estudios sobre la condición de los niños y adolescentes frente al SARS-CoV-2 o COVID-19, pero aclaró “lo urgente ocupa hoy las prioridades de los profesionales, en relación a lo “importante” en los países con recursos y muy afectados por la Pandemia”.

*Departamento de Comunicación Institucional del Rectorado de la Universidad Nacional del Nordeste.