Corrientes, sábado 20 de abril de 2024

Cultura Corrientes
10° FERIA DEL LIBRO DE CORRIENTES

Caparrós: La pandemia de coronavirus interpela "lo que nadie se ha imaginado"

12-07-2020
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(Por Facundo Sagardoy para momarandu.com) Esta pandemia, interpela "lo que nadie se ha imaginado", "pensar un poco esta idea que hemos comprado tanto: de lo inmutable, de este tipo de organización, de esta sociedad, de este mundo", expresó este domingo via online desde Madrid el periodista y escritor Martín Caparrós para la 10° Feria del Libro de Corrientes, por la cual ya pasaron desde Isabel Allende hasta Teresa Parodi, entre casi un centenar de intelectuales.  "Hay momentos en que la frontera (entre el Periodismo y la Literatura) no existe", expresó. 

"Imaginar, por supuesto, nadie se imaginó que iba a pasar esto. Si lo hubiera imaginado lo hubieran metido en algún tipo de manicomio. Eso es lo interesante, justamente, de lo que está pasando, que, de vez en cuando, renueva la esperanza de que pasa algo que nadie se hubiera imaginado. En un mundo en el que nos convencieron que, de algún modo, todo lo que podía pasar estaba previsto de antemano y nada iba a salir de los cánones, más o menos previsibles, que, una vez cada tanto, pase algo absolutamente imprevisible, aunque sea una mierda como ésta, vale la pena. ¿No?", expresó Caparrós desde España a los participantes de la 10° Feria del Libro de Corrientes via online este domingo 12 de julio, entrevistado por Juan Manuel Laprovitta.  

"Digo... como para pensar un poco esta idea que hemos comprado tanto: de lo inmutable, de este tipo de organización, de esta sociedad, de este mundo", subrayó. 


Foto: Martin Caparrós desde España via online para la 10° Feria del Libro de Corrientes. 

A pesar de la pandemia, tan fácil "creo que nada puede transformarse en literatura", opinó. 

"Hubo como dos tendencias, desde el principio de la pandemia: por un lado la más fácil, que tiende a contar lo que datos oficiales; es una situación curiosa en la que sóo había datos oficiales, porque ¿quién puede contar cupantos contagios, cuántos muertos, qué expectativas y qué órdenes hay? Entonces, está por un lado el periodismo más clásico e institucional que, en este caso fue casi todo, porque no había muchas formas de trabajar autónomamente. Y por otro lado apareció esta tendencia a la introspección; el periodismo del yo, para no decir la literatura del yo, en el que una cantidad de gente que estba encerrada comenzó a contar cómo le iba entre sus cuatro paredes. A la quinta vez ya tenías la sensación de haberlo leído, quiero decir, ya se sabe. No hay tanta variedad en lo que uno puede sentir entre cuatro paredes. Creo que recién, hace poco empezó a haber crónicas o intentos de periodismo con más, que se yo, para mí, más interesantes, al respecto", compartió. 

Caparrós recomendó leer revista5w.com que "hace muy buen periodismo", sobre la pandemia de coronavirus, y en ella a la crónica "Con las Puras Manos", escrita por Agus Morales con fotografías de Anna Surinyach, sobre los primeros dos meses de estado de alarma en España, y de cómo los trabajadores taparon las grietas del sistema sanitario. 

NEW YORK TIMES, CHÁCHARA Y LA RED 

Luego se refirió a "Chachara", chachara.org un espacio propio en la red que lanzó tras despedirse del New York Times, y opinó que para expresar la solución "medios", diarios y revistas, "ya no es indispensable". 

"El asunto tiene que ver con que por un lado estaba harto de las cohersiones, coacciones, y todo tipo de iones a las que me sometían en el New York Times, es decir, las letras góticas son muy bonitas, y uno dice oh!, oh!, el New York Times, pero me tenía los huevos por el piso. Quiero decir, me han cortado artículos, me han dicho qué palabras debía usar y cuáles no, cómo debía escribir y cómo no, y se supone que eran columnas de opinión, quiero decir, eso estaba en la sección de opinión y estaba firmado con mi nombre. Entonces, yo quiero seguir opinando lo que opino, no lo que dicen que debo opinar, es algo que no hice nunca en cuarenta y pico de años de periodismo, no voy a empezar ahora que ya estoy viejo. Entonces, me la banqué durante dos o tres años porque siempre pensaba en esta especie de relación pseudo conyugal que uno tiene, en la que supone, bueno... ya se van a mejorar las cosas, vale la pena, al fin y al cabo etcétera, etcétera... pero, llegó un momento en el que ya me harté por una cuestión puntual, concreta, no sé, me cortaron doscientas, trescientas palabras en un artículo y bueno, dije, ya hasta aquí llegamos y me fuí", recordó.


"Hoy empiezo a publicar en este espacio propio, chiquito, modesto, donde nadie me va a decir qué puedo escribir y qué no". Palabras de Caparrós entre las primeras líneas Cháchara. 

"Ya venía pensando en que tenía ganas de volver a experimentar con algo que, de algún modo es reciente en el periodismo, quiero decir hasta hace poco tiempo, si uno quería que algo que uno había escrito se difundiera, necesitaba absolutamente la intermediación de un medio, de un diario, de una revista, etcétera, etcétera, son los que tienen las imprentas, el papel, los circuitos de distribución, es decir, todo aquello que se necesitaba para que tus tres hojitas llegaran a una cantidad importante de público, importante según las apetencias de cada uno. Y... pero ya no es así. Realmente uno puede poner en el eter material sin ninguna exigencia de infraestructura, es fácil: Lo colgás en la red. El asunto es que te lean, por supuesto. Bueno, ese es otro problema. Hay que conseguir ver cómo se hace para que ese material que haz puesto a circular realmente circule, pero en todo caso, la solución "medios", diarios, revistas, etcétera, etcétera, ya no es indispensable", afirmó.
 
Mi padre "me había recomendado" "no tomar ese vicio" de "saber de todo un poquito" y "de nada realmente", indicó en alusión a una cita con respecto a ello en el texto inaugural de Cháchara. 

"Yo, para empezar no estoy seguro de que eso sea un vicio, depende de los momentos", opinó. "A mi eso me gusta, la idea de picotear, ir viendo, ir mirando, pero también ir viendo algo con mayor profundidad", confesó. "Sí, yo hago periodismo pero, de tanto en tanto, me paso dos años o tres años o más laburando en un tema preciso y tratando de, bueno, ir a fondo en él, como el caso del libro del hambre, que trabajé mucho tiempo, o del libro en el que estoy trabajando ahora", afirmó. 

"Yo no estoy para nada en contra del periodismo ni de los periodistas", sostuvo. "Me tiene un poco cansado un poco este aire de superioridad moral fundado en dos o tres premisas de escuela de periodismo a la americana", precisó. 

RODOLFO WALSH "SIGUE ALLÍ"

Caparrós también habló de los años en los cuales compartió redacción con Rodolfo Walsh.

"Rodolfo Walsh fue mi prmer jefe cuando yo era muy chiquito, yo empecé a trabajar a los dieciséis años en el Diario Noticias donde él dirigía la sección de policiales e información general. Hay que decir que el resto de la gente, de los jefes de ese diario, eran muy impresionantes también. El director era Miguel Bonazo, el subsdirector era Paco Urondo, y el Jefe de Redacción era Juan Gelman, que era uno de nuestros pocos premios Cervantes, entre otras cosas, uno de los pocos poetas argentinos... Y Rodolfo era el Jefe de esas pequeñas secciones, éramos cuatro, policiales éramos cuatro, que, bueno, teníamos un par de páginas diarias, que... bueno", recordó. 

"Él, la verdad, no se interesaba mucho por la sección, no dejába que hicieramos la sección, estaba como en otra. Tenía la sensación, no la sensación, lo sabía porque luego él lo publicaba, que estaba en cosas más interesantes que ser jefe de los cuatro huevonos que tenía ahí dando vueltas. Yo era el más chiquito, pero el más grande tenía veinticuatro años", añadió.

"Yo siempre digo que para mí fue un honor y un orgullo trabajar con él, básicamente porque yo lo había leído y lo admiraba muchísimo ya cuando entré ahí. Ya había leído "Operación Masacre", ya había leído "Quién mató a Rosendo", ya había seguido el diario de la CGT de los argentinos, que él editaba. pero yo aprendí más de Rodolfo Walsh leyéndolo que compartiendo la redacción. Y yo creo que, para mí es una lástima, pero para todos los demás es una suerte, porque quiere decir que esa posibilidad de aprender de él sigue allí, a pesar de que a Rodolofo Walsh lo hayan matado los militares hace cuarenta y tres años", expresó.  

LAS DOS ARGENTINAS

En otro fragmento, Caparrós habló de su trabajo escrito sobre el territorio argentino, y dijo que en él, aunque aún no todo lo que ha investigado se haya editado, reconoce a "dos argentinas", una definida así como aquella porción del país con identidad previa a la "utopía" nacional y otro con identidad posterior a ella. 

"El interior tenía una condición curiosa que me interesaba para hacer mi trabajo, que es que por supuesto las provincias argentinas son parte de mi país y cantamos, que se yo... el mismo himno y oímos y gritamos los mismos goles, y sufrimos los mismos gobiernos, pero al mismo tiempo en muchos casos culturalmente distintas, formas de vida y muchas cosas también lo son, que aquello a lo que estoy acostumbrado, que es la Capital Federal o Buenos Aires, que se yo. Esa mezcla de cercanía y extrañeza me parecía interesante para entender, pero yo debo todavía la mitad del libro", afirmó. 

Para aquel libro, "yo salí con la idea, con la perspectiva de recorrer todo el país, y a poco de andar me di cuenta de que no iba a caber eso en un libro, imposible, entonces decidí, como hago, tuve un momento de zozobra, estuve dando vueltas por ahí, un momento de qué carajo hago, de qué me disfrazo, porque me había prometido recorrer el país y no me daba, no me daba ni el tiempo de trabajo ni el tiempo que tenía para hacerlo, ni el espacio de un volumen, porque, a cuenta de que paraba mucho más, me desviaba mucho más, tenía muchas más cosas que tenía ganas de contar, entonces, no daba, y entonces se me ocurrió una división que todavía me parece interesante, en lo que yo llamé la primera Argentina y la segunda Argentina", sostuvo. 


Foto: Portada de libro. Interior, de Martín Caparrós. (2006)

La primera Argentina, "a groso modo", es aquella porción de territorio compuesto por "Buenos Aires para arriba"; "son las provincias que crearon la Argentina, que crecían y tenían una identidad antes de que existiera la identidad argentina, es decir, Corrientes, Misiones, Salta, Córdoba, San Juan, La Rioja y demás etcéteras, tenían su propia identidad ya en el año 1750, quiere decir, cuando la Argentina todavía era una utopía", indicó.

"Las de Buenos Aires para abajo fueron creadas por la Argentina. Es territorio que Buenos Aires básicamente empieza a ocupar a partir de su expansión desde que se forma el gobierno de las Provincias Unidas y demás etcéteras, y que son creadas por la Argentina. No son las provincias que crearon la Argentina, sino las provincias que la Argentina creó", subrayó. 

"Hice la parte de la primera Argentina, de Buenos Aires para arriba y me quedé debiendo la segunda", comentó. "Es algo que tengo ganas de hacer", expresó. 

CUANDO LA HISTORIA ATRAVIESA EL PRESENTE 

"En Argentina, yo siempre tengo la sensación de que (la historia) vuelve una y otra vez implacablemente", dijo Caparrós. 

"Yo escribí hace algunos años sobre el país calesita, y yo tengo la sensación de que en Argentina estás en el país calesita. Te subís, te subís al caballito, decís yo estoy ahí ña ña ña y a los dos minutos estás en exactamente en el mismo lugar donde estabas y otra vez, otra vez, otra vez. Y a mi, que ya estoy grande me resulta particularmente desesperante, ver cómo damos vueltas casi en redondo", opinó. 

"Yo no debería decirlo en estos términos, pero creo que si yo estoy viviendo ahora en Madrid, en buena parte es por eso, porque yo, bueno, me resulta muy difícil abstraerme de la situación política y la discusión, sobre todo en la Argentina", confesó. 

Desde 2013 en Argentina "casi todo lo que decía ya a esa altura tenía la impresión de que ya lo había dicho dos años antes, cuatro años antes, seis años antes, entonces, era muy desesperante, tenía la sensación de estar perdiendo el tiempo".

"A partir de fin de la década... de la primera década del siglo, por una serie de trabajos, que me tocó hacer y demás, empecé a mirar un poco más globalmente, y tengo un par de libros que fueron como, como decirlo, internándose en esa dirección, el primero es uno que se llama Contra el Cambio (2010), que es un poco sobre el discurso ecológico, como funciona y demás, el segundo es El Hambre (2014), pero son intentos de mirar un problema globalmente", indicó. 


Foto: Portada de libro: "Contra el Cambio"  de Martín Caparrós. (2010)

"El intento es mirar más ampliamente, y eso fue en parte porqué me vine", subrayó. 

"Hay momentos en que la frontera (entre el periodismo y la Literatura) no existe", dijo antes de terminar. 

Tambien opinó que la digitalización no impide continuar con estas formas del lenguaje. Esto "me parece un desafío interesante", sostuvo. 

"Sinfin", su último libro, tiene una versión digital, con versiones que no están en el libro de papel, recordó. 

SOBRE CAPARRÓS

Martín Caparrós Rosenberg nació el 29 de mayo de 1957 en Buenos Aires, hijo de los psicoanalistas Martha Rosenberg y Antonio Caparrós. es autor de más de veinte libros, entre los que destacan la novela "A quien corresponda" y el compendio de crónicas titulado "Una luna".

Cursó estudios en el Colegio Nacional de Buenos Aires y en 1973 se inició como periodista en el diario Noticias, con Rodolfo Walsh como su primer jefe. El periódico fue clausurado al año siguiente.

Fue colaborador en la revista Goles hasta 1976, año en que se exilia en Francia para pasar después a España tras el golpe de Estado que dio comienzo a la dictadura militar en su país.

Obtuvo una licenciatura en Historia en la Universidad de la Sorbona y se radica en Madrid, donde vive hasta 1983. Entonces, colabora en España con el diario El País y también con algunos medios franceses.

Luego regresa a Buenos Aires y publica la novela "Ansay o los infortunios de la gloria", trabaja en la sección cultural del diario Tiempo Argentino y en 1984 en Radio Belgrano, donde fue conductor, junto con Jorge Dorio, del programa Sueños de una noche de Belgrano.

De nuevo en España trabaja como corresponsal de la radio entre 1985 y 1986. En 1987 se radica definitivamente en Argentina y se convierte en editor de la revista El Porteño, participa en la creación de Página/12 junto a Jorge Lanata, en la fundación de la revista Babel y trabaja en el programa televisivo El monitor argentino.

Desde 1991 publica relatos de viajes en la revista Página/30, de la que sería jefe de redacción, bajo el título "Crónicas de fin de siglo", que fueron galardonados con el Premio de Periodismo Rey de España. Además dirigió la revista Cuisine & Vins.

En 1995 publica "La patria capicúa". En 2001 lanza la novela "Un día en la vida de Dios", editada por la editorial Seix Barral. En 2002 la editorial Planeta publica el ensayo "Qué País. Informe urgente sobre la Argentina que viene". En 2003 presenta "Amor y anarquía. La vida urgente de Soledad Rosas" (Planeta) y dirige el film "Crónicas mexicanas".

En 2004 obtiene el Premio Konex Diploma al Mérito en la categoría Memorias y Testimonios, y el Premio Planeta por su novela "Valfierno".

También ha sido galardonado con los premios Rey de España (1992) por Crónicas de fin de siglo, Beca Guggenheim (1993).

En 2005 la editorial Planeta publica, en Buenos Aires, "Boquita". En 2006 lanza en Buenos Aires, "El interior" (Seix Barral). En 2007 la editorial Planeta publica "Comer con los ojos. Historias que alimentan el alma".

El 7 de noviembre de 2011 Martín Caparrós gana el XXIX Premio Herralde de Novela dotado con 18.000 euros y que concede la editorial Anagrama de España, con la obra "Los Living", novela que narra las vicisitudes de un hombre cuya infancia queda marcada por la muerte.

Algunas de sus novelas son Ansay o los infortunios de la gloria (1984), No velas a tus muertos (1986), El tercer cuerpo (1990), La noche anterior (1990), La Historia (1999), Un día en la vida de Dios (2001), Valfierno (2004, premio Planeta Argentina), A quien corresponda (2008), Los Living (2011), Comí (2013), Echeverría (2016), Todo por la patria (2018), Sinfín (2020).

También ha escrito Larga distancia (1992), ¡Dios mío! (1994), La Patria Capicúa (1995), La Voluntad.¡ (3 tomos 2007-2008), La guerra moderna ¡ (1999), Extinción (2001), Bingo! (2002), Qué país (2002), Amor y anarquía (2003), Boquita (2005), El Interior (2006), Una luna (2009), Contra el Cambio (2010), Argentinismos (2011), El Hambre (2014) y Lacrónica (2015)