En su desertación mencionó: “Necesitamos de la literatura de la misma manera que necesitamos de otras ramas del arte. Para comprender y contemplar las situaciones de la vida. Y en esto, como adultos, debemos trabajar para generar los caminos para el disfrute de la lectura”.
Y continuó: “Como adultos debemos generar espacios de lectura para que los más chicos tengan una relación de armonía con la lectura. Para un chico que nunca tuvo este apoyo o espacio, puede ser muy amenazante la idea de leer en ámbitos educativos o de disfrutar un libro”.
Convocó a docentes y bibliotecarios a ‘perderle el miedo’ a ciertos géneros como la poesía: “Sabemos que en ámbitos educativos el cuento es lo más común. Pero no hay que perder de vista otros géneros. La poesía es muy lúdica, divertida, sonora. Puede ser muy atrapante para los más chicos”.
En la charla Ramos aludió a su rol como autora, a sus maneras de escribir, a su obra “La casa del aire”, y la nominación en 2019 al premio Hans Christian Andersen, una premiación de carácter internacional de lo más reconocido lo que refiere a la literatura infantojuvenil. “Quedé dentro de los 5 finalistas de otros países y sin dudas fue una gran fiesta para mí y para mí trabajo”.