Corrientes, sábado 20 de abril de 2024

Opinión Corrientes
EL AÑO QUE VIVIMOS EN PELIGRO

Coronavirus: ¿Pandemia natural, arma bacteriológica o castigo de Dios?, por Jorge Horacio Echeverz

08-04-2020
COMPARTIR     
*Las principales hipótesis de un enemigo invisible que avanza sobre la humanidad destruyendo todo lo que encuentra a su paso. China, Estados Unidos y los laboratorios, en el ojo de la tormenta.


El único dato oficial que se tiene sobre el coronavirus es que el primer paciente se contagió con la compra y el consumo de animales vivos en el mercado de mariscos de Wuhan, una de las 16 ciudades chinas donde se lanzó el 5G y se realizaron los Séptimos Juegos Militares Mundiales entre el 18 y el 27 de octubre de 2019, en los que participaron 9308 soldados de 109 países.

Los estudios epidemiológicos estiman que el virus habría sido transmitido de una especie animal a otra (murciélago a serpiente) y luego encontró los receptores necesarios para ingresar a los seres humanos

Hasta aquí, la información que todos conocemos pero ninguna de ellas nos explica el por qué y eso abre la puerta para algunos interrogantes: ¿Fue algo natural? ¿Intervino la mano del hombre? ¿Es un aviso de parte de Dios de lo que vendrá en el futuro si la humanidad se sigue corrompiendo e ignora su palabra?

El tema es más que complejo y requiere de un ordenamiento para abordarlo convenientemente.

Lo primero que debemos hacer es comenzar por el hombre que es quien despierta las mayores sospechas.

¿Qué interés podría tener un individuo en propagar un virus que destruya parte de la humanidad?

Planteado así, la respuesta pareciera ser ninguna. A menos, claro está, que estuviera inmerso en la lógica de la dominación y buscara globalizarla o sacarse de encima parte de la carga que lo complica. En ese caso, habría que preguntarse ¿A quién o a quiénes beneficiaría esta situación?

Desde un punto de vista militar, político y económico, hay tres superpotencias que gobiernan estratégicamente al resto: Rusia, Estados Unidos y China (todas ellas estuvieron representadas en los Juegos de Wuhan).

CHINA
Arranquemos por el imperio del sol naciente, que fue el lugar donde surgió esta pandemia.

El principal problema que tiene es la superpoblación. Es el país más densamente poblado de la tierra con un promedio de 146 habitantes por kilómetro cuadrado, viene creciendo a un ritmo de cuatro a cinco millones por año y en 2019, la parte continental superó los 1400 millones de personas. Por otra parte, la población económicamente activa de entre 16 y 59 años decrece 900 mil personas por año y la longevidad de personas que superan los 60 años, a pesar de que muchas de ellas no son atendidas cuando tienen problemas de salud, están por encima de los cuatro millones, representando un 18,1% del total.

En China, el coronavirus fue selectivo: comenzó a atacar a personas mayores de 60 años (especialmente a hombres que superan en 37 millones la cantidad de mujeres) y a las niñas y adolescentes que se acercan a la edad de procrear, no las mata. Curiosamente, “Con el fin de abordar las crecientes preocupaciones sobre el envejecimiento poblacional, el gobierno autorizó en 2016 que las parejas casadas tuvieran dos hijos, poniendo fin a la política de hijo único implementada durante décadas” (Xinhua Español, 2020). Lamentablemente no funcionó y tres años más tarde apareció este virus. ¿Pura casualidad?

ESTADOS UNIDOS
Sigamos con Estados Unidos. Mantiene una guerra comercial con China y la Unión Europea y otra militar, petrolera y espiritual, con Irán.

Si solo preguntáramos quiénes fueron los más afectados por el coronavirus, no haría falta agregar más nada. Con todo, alguno podría decir “fue uno de los países que más tardó en cerrar sus fronteras”. A eso le podríamos responder con la frase categórica de un ex compañero de facultad, hoy arbitro de fútbol “si hubieran hecho eso, estarían diciendo, fui yo”. Los norteamericanos pueden ser cualquier cosa menos tontos. Es más, cuando quieren hacer algo, generalmente lo hacen muy bien y sin dejar rastros.

Otro podría alegar que ahora se ha convertido en el país con más casos y el tercero en cantidad de muertes. Bueno, la victimización es la mejor forma de alejar sospechas, el crimen de Nisman lo confirma.

RUSIA
Rusia es hoy una de las naciones más poderosas de la tierra: logró imponer su candidato en Estados Unidos, tiene una alianza estratégica con China, está acaparando muchas reservas de gas y petróleo en distintos continentes y tiene una actividad industrial mucho menor que estos dos países, lo que le permite ser uno de los principales exportadores de estos insumos básicos. ¿Qué ventaja obtendría con la producción de un virus de estas características? La baja del precio del crudo a nivel mundial que perjudica directamente a EEUU porque tiene un costo mayor de extracción debido a que utiliza el fracking y no la perforación de pozo.

Hasta el momento, hemos analizado las razones por las que algunos estados hubiesen podido crear el COVID-19, como se lo llama científicamente. ¿Son estas todas las opciones o hay más? La contestación es más que obvia, falta un actor fundamental que hasta el momento no hemos nombrado. ¿Quién es?

LABORATORIOS
Los laboratorios, que se han convertido en industrias transnacionales con poder para voltear gobiernos. En Argentina, sin ir más lejos, fueron uno de los principales factores que influyeron en el golpe de estado de 1966 que derrocó al presidente constitucional Arturo Illia.

¿EN QUÉ LOS FAVORECERÍA?
Obtendrían una gran cantidad de fondos de distintos países y “fundaciones” para la investigación y descubrimiento de una vacuna inmune que impida al virus el acceso y/o efectos nocivos en seres humanos. Y, una vez lograda, obtendrían los derechos de patente y comercialización, que les daría una ganancia extraordinaria en todos los mercados mundiales.

Ahora bien, cabe preguntarse ¿Tuvo que intervenir forzosamente el hombre y su lógica de poder para generar esta catástrofe sanitaria o puede ser un desastre natural y lo que escribimos anteriormente es pura especulación?

TRAGEDIA NATURAL
Claro que sí, todo es posible. La tierra puede generar sus propios mecanismos de autorregulación. En pos del mito del “crecimiento indefinido” (Galano, 2010) el hombre ha privilegiado un modelo de producción y estilo de vida insustentable que ignora los límites biofísicos de la naturaleza. La Segunda Ley de la Termodinámica ha comprobado que el planeta tierra, donde habitamos, es biodegradable y por lo tanto, finito. De manera tal que el crecimiento, tal como lo conocemos hoy, basado en la extracción de los recursos naturales no puede ser ilimitado porque muchos de ellos no son renovables, la superficie de la tierra tampoco y la capacidad de los ecosistemas para absorber la polución industrial, mucho menos. En definitiva, no son conceptos equivalentes y la ilusión desarrollista es vana porque se necesitarían cinco planetas para cubrir las necesidades energéticas de todos los seres humanos. Salvo, que la cantidad de habitantes disminuya en la misma proporción y tanto el tránsito como la actividad industrial se paralicen drásticamente, como ocurre en la actualidad. Esto explicaría por qué se puede ver agua transparente en los canales de Venecia después de muchos años, está desapareciendo la nube de dióxido de carbono que impedía ver el cielo cósmico en China y el calentamiento global que produjo el cambio climático está cediendo gradualmente. (Cayón, 2020).

CASTIGO DIVINO
Como vimos, el origen del coronavirus bien pudo haber sido China, EEUU, Rusia, los laboratorios o un fenómeno planetario de características homeostáticas. La pregunta que queda por hacerse es ¿Dios, no habrá tenido nada que ver?

No lo sabemos pero es muy probable que sí. Dios no es tan solo una idea como muchos creen, es una persona que está viendo todo lo que sucede y no creemos que le haya gustado la legalización del matrimonio igualitario y los proyectos de interrupción del embarazo, en el que se han embarcado muchas naciones. Por algo destruyó Sodoma y Gomorra. Tampoco creemos que le agrade la avaricia y el egoísmo (propias de esta generación); la codicia y la especulación financiera; la inmoralidad y la corrupción; el narcotráfico, la trata y la venta de armas (negocios más redituables) y la alteración del equilibrio ecológico que sabiamente ordenó. Para ser sinceros, hemos traspasado todos sus límites, depredado la naturaleza y sus leyes sin ningún tipo de piedad ni remordimientos y es probable que este virus global sea una reacción y, a la vez, un aviso de lo que vendrá en el futuro.

Si creemos esto último, debemos hacer un giro de 360 grados a nivel personal, social, legislativo, político, financiero, filosófico y espiritual. El tiempo apremia.

*Licenciado en Comunicación Social Universidad Nacional del Nordeste

--------------------
Referencias


GALANO, Carlos. “Trampas ideológicas de la educación ambiental y el desarrollo sustentable”. Construcción del Saber Ambiental para descolonizar la educación y el desarrollo. Universidad Estadual de Campinas, Brasil, Mayo 2012. Pág. 5.

XINHUA ESPAÑOL, periódico digital. “China supera los 1400 millones de habitantes en 2019”. 17 de enero de 2020. Disponible en sitio web: [1]http://spanish.xinhuanet.com/2020-01/17/c_138713156.htm

CAYÓN, David. “El parate mundial por el Covid-19 limpió los cielos y redujo el calentamiento global”. Publicado en suplemento digital Infobae Económico. 22 de marzo de 2020. Disponible en sitio web: https://www.infobae.com/economia/2020/03/22/el-parate-mundial-por-el-covid-19-limpio-los-cielos-y-redujo-el-calentamiento-global/