Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE fracasaron a la hora de lograr un compromiso total, real y unánime para lograr la neutralidad de emisiones en 2050.
Durante buena parte del día y la noche, Hungría, la República Checa y Polonia presentaron serias objeciones, centradas en el impacto económico de la agenda verde o el papel de la energía nuclear en esa senda contra las emisiones.
Tras conseguir que se incluyera una mención expresa a la energía nuclear, los dos primeros levantaron el bloqueo, pero Polonia, en cambio, mantuvo la negativa hasta el final.
El Consejo Europeo tendrá que volver a abordar el asunto en el mes de junio, confiando en que para entonces Varsovia considere suficientes las garantías financieras que se irán perfilando en los próximos meses.
El palo es importante para la imagen y la credibilidad de la Unión, en especial porque el nuevo presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y la nueva presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, se empeñaron en presentar y vender lo ocurrido como un acuerdo y una gran noticia. "Un país necesita más tiempo, pero compartimos el mismo objetivo", aseguró Michel a preguntas de este diario de por qué consideran un acuerdo el que haya 27 alineados y no cuando eran 24, por ejemplo, hace unos meses. "Es un objetivo común pero un estado, en este momento no puede comprometerse a implementar. El potente mensaje es que queremos ser el primer continente neutral, pero entendemos que un miembro requerirá más tiempo", añadió.
"En los últimos días, las tres instituciones se han alineado. Eso es un éxito. Si un país necesita más tiempo para los detalles, lo veo aceptable", coincidió Von der Leyen. "Estos satisfecha, dada las circunstancias", consideró, pragmática, Angela Merkel. "Finalmente no ha habido una cuerdo unánime. Polonia ha mantenido el bloqueo y el cambio climático se aparca hasta junio", reconocían fuentes de Moncloa.
El texto consensuado es más rebuscado de lo normal, incluso en los estándares diplomáticos de Bruselas. "A la luz de la ciencia a disposición y de la necesidad de incrementar la acción climática global, el Consejo Europeo respalda el objetivo de una UE neutra en 2050, en línea con los objetivos del Acuerdo de París. Un estado miembro, en este momento, no se puede comprometer a implementar el objetivo en lo que le corresponde, y el Consejo Europeo volverá a la cuestión en junio de 2020", dice el primer párrafo.
Todos saben las implicaciones, el coste de imagen y reputación de un fiasco en la semana en la que acaba la COP25 de Madrid y en la que la Comisión Europea ha lanzado a bombo y platillo su gran Acuerdo Verde-. De ahí la necesidad de pactar una retórica optimista y triunfalista en un momento "crucial".
La explicación corta y simplista de lo ocurrido este jueves es que 25 países estaban de acuerdo y tres (Polonia, República Checa y Hungría) no. Que 25 veían con buenos ojos un texto de por sí bastante diluido y genérico, pero que los otros tres, no.
Para un ojo no entrenado la frase del párrafo mencionado, sin la referencia a Polonia, puede parecer clara y rotunda, pero mirando la redacción, pura ingeniería de Bruselas, se constata que en realidad los gobiernos respaldan el objetivo de la neutralidad, pero no se comprometen a ello.
