Corrientes, martes 23 de abril de 2024

Opinión Corrientes
DEBATE

¿Qué es normal?

22-08-2019
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(Por José Miguel Bonet) Sigo con gran interés este debate sobre los partidos políticos, hoy enriquecida con la aportación de don Pablo Almirón.

Con respecto a la respuesta del Sr Bovino Maciel sobre lo senil de la democracia lo único que pretendo con ese diagnóstico es ejercer una metáfora; bien es sabido que algo inmaterial no puede envejecer. No obstante, el paso del tiempo por las más diversas razones actúan sobre estas formas de organización social que detentan el poder, me recuerda al imperio Romano, quiero agregar algunas cosas que me ocupan de esta realidad mundial de los partidos políticos. El populismo en los partidos políticos florece.

El catálogo populista contemporáneo es prolífico: Duterte (Filipinas), Kaczynski (Polonia), Orban (Hungría), Salvini (Italia), Le Pen (Francia), Trump (EE UU), AMLO (México), Bolsonaro (Brasil) y -también es populista, pero de otro signo- Maduro. Ha empezado en Europa y suele responder a problemas reales: inseguridad, desempleo por los extranjeros, etc.

Pero se ha convertido ya en virtual marea negra de intolerancia y exclusión en niveles que no se veían desde antes de la Segunda Guerra Mundial. Por sus planteamientos, usualmente rebosantes de xenofobia, racismo, nacionalismo belicista, caudillismo e intolerancia, es variopinto, pero esencialmente de extrema derecha, aunque estos populistas son diferentes unos de otros, tienen un elemento común importante: todos justifican diversas posiciones estratégicas sobre temas socioeconómicos con una ideología que se basa en una supuesta línea divisoria entre los de dentro y los de fuera. Propugnan una visión de la democracia que da prioridad a los de dentro, tanto en políticas como en la provisión de bienes comunes. Y este argumento se apoya en el nacionalismo cívico.

Ojo con estos síntomas: caudillismo, exacerbación de los sentimientos sociales identificando —simplista y arbitrariamente— “enemigos” y supuestas causas de problemas sociales a enfrentar. Y, a la vez, circulación mediática de panaceas y soluciones -usualmente radicales- también simplistas, nacionalismo confrontativo a cualquier set de valores e instituciones internacionales o multilaterales.

Con respecto a lo que indica que el justicialismo volvió a su cauce normal después de Duhalde y Kirchner ¿qué es lo normal?

Un afectuoso saludo y bienvenido Sr. Almirón al debate.