Corrientes, viernes 26 de abril de 2024

Cultura Corrientes

Carta de Correspondencias, por Arturo Zamudio Barrios

21-07-2019
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 Por Arturo Zamudio Barrios

Estimadísimo Alex: mi beneplácito por haberme equivocado al “extrapolar” (¿podría resumirlo así?, una impresión ligada al diálogo con tu interlocutor, quizás en el Garito de “El Mariscal”, como dices por ahí, con la visión de la actual Buenos Aires (por eso puse CABA). Antes que nada, leí toda tu obra desde aquella llegada de Domiciana, inigualable, hasta las orillas del Plata; y por supuesto, no ignoro la existencia de aquel producto colonial llamado Virreynato del Río de la Plata, suprimido por la Junta Central de Cádiz en 1809, a cuyo conjuro iban a estallar conflictos en estas tierras.

Demás está decir que se agrandan el 29 de junio de 1815 al declararse Corrientes, no sólo independiente, sino, junto a todo el núcleo artiguista, republicana, mientras las “tropas porteñas” –como las llamó Fidel López- procuraban en realidad refundar la Monarquía, añadiéndole Parlamento y Constitución (razón obvia para que Belgrano cambie en dos años la bandera tricolor de Miranda, bordada en Curuzú Cuatiá, por la bicolor navarra, todavía propia de la Corona española) Y ahí mismo se desatan las acciones bélicas cuando Pedro Campbell, en 1816, pulverice las fuerzas lanzadas por la Virreina en el combate de Arroyo Caballos. ¿Consistió en una singular invitación a participar del Congreso de Tucumán…?
 
"Razón obvia para que Belgrano cambie en dos años la bandera
 tricolor de Miranda, bordada en Curuzú Cuatiá, por la bicolor navarra "                    
     


Por cierto, aquel diferendo aún subsiste y no le es extraño el que, a principios del siglo Veinte, el Ministerio de Hacienda de la egregia Capital, decrete la incompatibilidad entre los suelos correntinos y la uva, pese a cultivarla durante más de cuatro siglos, y consigue cortar a machetazos el comercio con Uruguay de vinos de uva “chinche” (el llamado “Chinchón”). Sin ser, claro, imposible que renazca de repente bajo formas extrañas. ¿Necesitamos, por ende, mirar hacia atrás, y recordar los años de guerra que ensangrentaron todo el siglo XIX, cuya pacificación desolaba, en 1846, al socialista Marcelino Pareja? El propio Alberdi habría de pagar con destierro perpetuo sus consecuencias.

Pero, en fin, no me hizo mencionar esto la estrechez de miras –o la deriva- que, a mi juicio, acosa hoy a una cierta formación intelectual, al margen de la tuya Alejandro Bovino. La podemos escuchar todos los días al prender televisión o radio: se dice, por ejemplo, que el Estado ha abandonado a los indigentes que mueren en las calles víctimas del frío y el hambre. ¿Tiene un Estado como el nuestro, represivo y feroz en la defensa del “Capital”, como dijera Marx, o de los que, en la prosa de Josep Fontana, configuraron una “forma no natural”, progresiva, sino un sistema de alianzas tinto en sangre y sufrimiento de los pueblos, una obligación ante penurias generadas por él mismo?

He aquí el detalle, hubiera dicho Cantinflas. Porque ésta es una de las expresiones venidas de Europa, cuyo peso ha servido, entre nosotros, para ocluir la lucha de clases y ayudar a la “falsa conciencia” (o inconciencia política de clase), tan típica en la retórica de “la grieta” y del bipartidismo que la Constitución en vigor consagra. Y mientras otros países de la región –Venezuela y sus cinco Poderes en la mira- tienen en claro el que las instituciones, aunque las haya establecido el orden burgués decrépito, pueden convertirse en “Frente de Clases”, como dijera Poulantzas, y volverse recinto de luchas aptas para transformaciones profundas, si se las reconoce cabalmente, en nuestro país seguimos en esa especie de calesita en la que hoy asumes tú, y mañana los otros, vale decir, lo que Chávez definía como el “perfecto gatopardismo”.
                                                                 

                         "En nuestro país seguimos en esa especie de calesita;
                                      hoy asumes tu;mañana los otros"


Y eso viene de lejos, de allá enfrente, como escribí en la nota que tú contestas Alejandro Bovino Maciel. Pues el capítulo burgués de la historia está asentado, naturalmente, sobre una grieta, pero a fines de la segunda guerra europea, ante la expansión de una alternativa social diferente, las clases dominantes (hoy las llamamos en todas partes, Oligarquías) inventaron un nuevo “sentido común” donde los obreros dejaban de serlo, para convertirse en ciudadanos iguales.

Y los pobres seres que en las fábricas norteamericanas trabajan sin ninguna garantía, envueltos en pañales para contener sus necesidades, mientras las horas de labor aumentan sin cesar, son iguales, miembros de clase media aunque “menos favorecidos” por el cóctel de la vida, al magnate que los gobierna. Son libres, como apuntaba irónicamente Bernie Sanders, para morir en las calles de frío o de una peritonitis que con sus escasos medios ellos no pueden hacerse atender.

De ahí mi puntualización de la Reina destronada cuya experiencia de nuestros días escasa iluminación refleja. Una Provincia más, si se quiere, ante el camino que ha empezado a abrirse en Latinoamérica. Y perdón por lo de “pesimismo”, pero las vulgaridades de esa visión sin relieve, resuenan en nuestros oídos día tras día. Es sí, de esperar que cambie, en una de esas, porque la vida también encierra giros sorprendentes. ¡Y si eso ocurre, caro Alex, volveremos a leer “La Pasión según San Ateo”, para disfrutar de nuevo tu viaje hacia tus propias incógnitas, pero más seguros de la senda por donde andamos!